La vida no es una carrera corta, sino un maratón. Estas palabras de sabiduría nos recuerdan moderar nuestro ritmo, pero la vida tiende a adquirir su propio paso, el cual, cuando no lo controlamos, nos lleva al agotamiento y a la fatiga. La experiencia de Kerri Weems cuando su vida se salió de control fue enfrentarse a un impacto físico y espiritual, hasta que ella permitió que Dios le enseñara cómo dejarse dirigir en lugar de dejarse llevar por los impulsos. En este libro, abre su vida y comparte este camino con el lector. ¡Dios quiere que disfrutemos de la carrera y crucemos la meta con la cabeza en alto, una sonrisa en el rostro, los brazos y los puños en alto! Para llegar a ese momento, es necesario que aprendamos los ritmos de la gracia y moderemos nuestro propio ritmo en medio de la gran carrera.