El autor nos invita a hacer una transformación de nuestra sociedad a través de la juventud. Pero hay que hacer hincapié en el hecho de que esta transformación empieza en el hogar, primeramente en cómo los padres pasan la estafeta a los hijos y cómo estos se levantan como esos reyes y sacerdotes que Dios está buscando para transformar a la sociedad.